Starring: (SHINee) Kim Jonghyun, Kim Kibum
(c) reilaless
(a) nc-17 ; smut
Notas: Este fanfic lo escribió para un reto en un foro. No recuerdo cuál era el prompt, pero como no me gusta escribir fluff y odio a los personajes y parejas cliché que son felices por la vida (sobre todo en una pareja como el Jongkey que son técnicamente canon en el fandom), quise darla la vuelta a los personajes y hacerlos más "crueles".
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(POV Jonghyun. Flashbacks en tercera persona.)
Nos encontrábamos volviendo nuevamente a nuestro apartamento. Ese dÃa habÃamos tenido muchas actividades en nuestra programación, empezando porque debÃamos terminar de filmar el nuevo PV que pronto lanzarÃamos. Eso nos emocionaba mucho y nos animaba a seguir trabajando duro. Llevábamos tiempo extrañando los escenarios y estudios de grabación, sin embargo, habÃa otra cosa que no dejaba de rondar por mi cabeza, en contra de mi voluntad, claro.
Las cosas no andaban bien con cierta persona a la cual hasta hacÃa poco tiempo habrÃa podido decir con toda seguridad que amaba. Lastimosamente, o quizás no, me di cuenta a tiempo de que las cosas no eran asÃ. No es que amase a otra persona, o que hayan surgido problemas entre nosotros y ahora lo odiase, no, para nada. Es más, tenÃamos una muy buena relación, nuestra relación era tan buena que nos contábamos todos, y cuando digo todo es todo.
Incluso ahora pienso que eso es algo bueno para una relación, sin embargo, hay veces en la que llego a dudar de ello. Sobre todo cuando recuerdo cómo fue que empezamos a salir.
"Kibum.." rió nerviosamente "Sé que tú ya sabes esto, sé lo transparente que puedo llegar a ser, asà que esto no deberÃa ser una novedad. Estoy enamorado de ti"
Bajó la cabeza nervioso, sabÃa muy bien que el otro no le corresponderÃa, después de todo él no era el único franco de los dos.
"Hahaha" Kibum rió ruidosamente, las demás personas lo quedaron viendo por esa súbita expresión, el castaño solo no les hizo caso. "Y yo que pensé que te demorarÃas más en poder decirlo. ¡Felicidades!" aplaudió. "Por primera vez has roto mis expectativas, hyung, eres sorprendente" le sonrió tiernamente y le levantó la cabeza para besarlo. "Lástima que yo no te amo a ti… Aunque si quieres… no sé, tú mueres porque esté contigo, ¿no?"
El moreno lo miró a los ojos mordiéndose el labio inferior, ¡claro que querÃa estar con él! Lo amaba con toda su alma, le habÃa costado un mundo decirle lo que sentÃa, ¿y ahora le salÃa con esa pregunta? ¿Se estaba burlando de sus sentimientos? ¿No podÃa rechazarlo de una vez?
"De acuerdo, voy a estar contigo. Pero con una condición… tendrás que hacer todo lo que yo quiera ¿qué más quieres? Voy a hacer tus sueños realidad, y para que veas que no soy malo contigo, te reto a que hagas que me enamore de ti, si lo logras… Yo haré todo lo que tú quieras? ¿Hecho?"
Jonghyun suspiró fuertemente y tomó su mano.
"Trato hecho."
Ya habÃa pasado tres años desde se dÃa y todos los dÃas eran iguales, trabajar, hacer el fanservice que tanto le gustaba al menor, llegar a casa, hacer del buen novio mientras el otro estaba con un humor de perros, luego hacer el “amor” para calmarlo y finalmente cada uno a su cama. A veces pensaba, ¿tanto le costaba quedarse conmigo al menos una noche? No sé, dormir en mi brazos al menos una noche… ¿Es que no recordaba que yo sà estaba enamorado de él? Pero claro, él no de mÃ, asà que siempre me terminaba huyendo para no cambiar de parecer en ningún momento. No importaba cuánto me esforzara, él siempre se burlaba de mà y luego huÃa para poder seguir usándome sin ningún cargo de consciencia.
HabÃa veces en la que realmente querÃa terminar con Key, querÃa dejarlo todo atrás e intentar olvidarlo, intentar enamorarme de otra persona y tener una vida relativamente normal. Pero era justamente en esos momentos en los que Key parecÃa por un segundo realmente quererme, y eso hacÃa que al menos de esta pobre manera quisiera seguir siendo su “novio”.
”¡Jjong! Ayúdame con estas cajas, están muy pesadas.
Jonghyun y Key se encontraban mudándose de habitación. Los cinco ya no alcanzan en una sola, y los camarotes comenzaban a hacerse incómodos ya que no podÃan poner estantes es las paredes y tenÃan demasiadas cosas.
“Ya voy, estoy con las partes de las camas, espera un momento”
Key siempre era egoÃsta. SabÃa que Jonghyun llevaba cosas muchos más pesadas, sin embargo le seguÃa diciendo que lleve sus paquetes, que por cierto hasta Taemin podrÃa cargarlos sin problema alguno.
El mayor terminó de llevar las tarimas de ambas camas lo más rápido posible y luego se acercó a ayudar a Key con sus paquetes.
“Eres un inútil ¿lo sabes? Cargas menos cosas de lo que podrÃa cargar una niña.”
Se quejó llevándolos y dejando a Key tras él. Una vez dentro de la habitación Key molesto lo empujó haciendo que se caiga al suelo con todos los paquetes, sin embargo, Jonghyun, también molesto por su actitud inmadura, lo cogió del brazo y cayó bajo el cuerpo de Key. Se quedaron mirando y el moreno rápidamente volteó la cara.
“Oye, mÃrame…” el castaño se quejó, pero el mayor no le hizo caso. “Te he dicho que me mires” frunció el ceño y le volteó la cara al otro, quien lo miró aún molesto, por lo que lo besó.
Jonghyun se quedó helado, no habÃa esperado esa reacción de su parte, pensó que le darÃa una bofetada o algo similar. Después de todo… con besos era como solucionaban sus problemas tontos los novios de verdad, y ellos no lo eran. Pero eventualmente no pudo resistirse, y terminó besándolo también, y colando una mano por debajo de su camiseta.
Key se recostó a un lado del cuerpo del moreno y se dejó hacer, no podÃa negar que le gustaba cómo el otro lo tocaba. Siempre lo hacÃa suave y delicadamente, como si se fuera a romper en cualquier momento. Seguro y el otro ni siquiera notaba lo obvio que era lo que sentÃa mientras lo acariciaba.
Poco a poco el menor se fue dejando desvestir, con una sonrisa en el rostro, no lo iba a negar, se estaba divirtiendo, y su amante también por la cara que tenÃa. Primero la camiseta, luego el pantalón, ya sabÃa lo que seguÃa, pero el moreno se detuvo ahÃ. Key lo miró confundido, torciendo de a pocos la sonrisa que tenÃa.
“¿Qué pasó?” le preguntó.
“No deberÃamos estar haciendo esto, los chicos pueden entrar en cualquier momento”. Intentó levantarse pero el otro no lo dejó.
El castaño se sentó sobre Jonghyun y lo besó rudamente pero el otro no se dejó hacer, y siguió forcejeando hasta como cada vez que empezaban eso. No pudo hacer otra cosa más que ceder. Después de todo ese era el trato que habÃan tenido.
“Mmm… por lo visto ahora sà vas a hacer caso. Qué obediente” rió sarcásticamente.
A Jonghyun le molestó esto, por lo que puso menos de su parte, sin embargo, a Key no le importó porque en ese momento simplemente le tenÃa ganas y eso era todo, ya le valÃa si el otro lo acariciaba o no, sólo querÃa hacerlo en ese momento porque se sentÃa ardiendo, y porque sabÃa que estaba humillando al otro. Eso le hacÃa sentir poderoso.
Key le subió la camiseta, le abrió el pantalón y lo bajó hasta las rodillas junto con sus bóxers, se acomodarÃa mejor en ese sexy cuerpo el cual estaba a punto de saborear. Bajó por sus piernas como una serpiente, apretando su propio sexo contra él para autocomplacerse, tomó el sexo del mayor y comenzó a masajearlo, se le hacÃa agua la boca del sólo verlo, era el mejor sexo que habÃa visto, después del propio claro. Una vez estuvo totalmente bañado en saliva, pudo comenzar a escuchar los jadeaos del moreno. Lo conocÃa muy bien, no podÃa aguantar una vez que comenzaba a comérselo, ese era su punto débil, si incluso ya tenÃa un poco de presemen en los labios. Se rió.
Ahora que Jonghyun estaba listo era su turno, se levantó apoyándose sobre sus rodillas y luego de quitarse los bóxers, los cuales sentÃa que le apretaban de sobre manera, se sentó de golpe sobre las caderas del otro.
“Ahh” gimieron ambos al unÃsono cerrando los ojos.
“Ya no puedes seguir aguantando. Lo sabes” le susurró acercándose a su oreja.
Le dolÃa, siempre era asÃ, pero era tan excitante sentir ese dolor, el saber que luego se convertirÃa en un exquisito placer, que luego sentirÃa como el moreno lo llenaba por completo. Los gemidos no se hicieron de esperar uno tras otro, mientras se masturbaba con una mano y se acercaba al otro para besarlo. El mayor también estaba jadeando, podÃa sentir su aliento caliente, a pesar de que aún intentaba contenerse, no lo lograba. El apretar los dientes no era suficiente, los jadeos se salÃan involuntariamente.
El menor aceleró el vaivén que estaban manteniendo, se encontraba brincando una y otra vez sobre su sexo, le gustaba que salga casi completo y luego lo empalara fuertemente de una sola estocada, era tan placentero.
“Jjong... Date por...vencido”
Le sonrió mientras se acariciaba su propio labio inferior y lamÃa sus dedos. Luego los puso sobre los labios del mayor y acarició también los suyos. Se acercó nuevamente a sus labios y los mordió fuertemente hasta hacerlos sangrar, le gustaba ver su sangre correr asÃ, lo lamió hasta dejarlo limpió y luego introdujo su lengua en él. SabÃa tan bien, el mayor ya no podrÃa resistir más. Y no lo hizo. Lo cogió de las piernas y lo tumbó de espaldas contra el piso. Sus piernas las dobló hasta que sus rodillas estén cerca de su rostro y empezó a embestirlo con toda la fuerza que tenÃa. QuerÃa hacerle daño, y al mismo tiempo se sentÃa dañado por no poder hacer que el otro lo ame. TenÃa que seguir soportando ese sexo vacÃo de todos los dÃas. Estaba harto.
Lo siguió embistiendo por unos minutos más hasta que no pudo más, él mismo se mordió el labio mientras se corrÃa dentro del otro, y sentÃa cómo el castaño se corrÃa también contra su abdomen. Salió de su interior y cogió un pañuelo que tenÃa en el bolsillo y se limpió bien. Se acomodó la ropa para verse al menos un poco menos indecente y salió de la habitación para ir a buscar otra ropa y darse una ducha.
“Hahahaha, ¡que malhumorado!”
Key se sentÃa totalmente satisfecho, habÃa caÃdo ante sus encantos otra vez, seguramente se debÃa estar sintiendo terriblemente mal. Siguió riendo mientras daba un par de vueltas a los lados, aún tirado en el piso, y luego recogió su ropa. A él si le daba igual caminar asà por su propia casa, después de todo no tenÃa nada de qué avergonzarse, más bien estaba orgulloso.
Pero al final las cosas terminaban asÃ. Me volvÃa a dar cuenta que él no me querÃa, que le encantaba usarme y que no era más que un juguete para él. A veces quisiera tener el valor de terminar con él, pero sabÃa que no podÃa hacerlo. Estaba condenado a vivir bajo su peso.